Mimo Eidman, un museo a cielo abierto
Virginia: Mimo, te queremos agradecer por la oportunidad y el espacio que nos brindaste para compartir tu trayectoria y tu trabajo en este día tan importante como lo es el reconocimiento de la lucha de las mujeres por la igualdad a nivel mundial y así poder plasmar en palabras y a través de esta entrevista el recorrido que has construido durante todos estos años en tu carrera artística. En las esculturas que son parte de la vida y rutina de todos los resistencianos.
La primera pregunta, habla sobre cómo el ejercicio profesional y vocacional nos marca muchas veces con nuestros títulos y con nuestras actividades, pero justamente nosotros somos mucho más que eso. Entonces, la primera pregunta se orienta a ¿cómo te definirías más allá de ser arquitecta y escultora?
Mimo: "Si me tengo que definir, diría que soy una gran trabajadora. No importa qué actividad esté haciendo, no importa si estoy en la gestión cultural, o en la escritura o en cualquier otra cosa: soy trabajadora. Soy “un burrito de carga” y eso me hace sentir bien, y está bueno porque no solamente me hace bien a mí, sino que lo que hago también hace bien a los demás. Para mi, la arquitectura me facilitó mucho el trabajo en la escultura, me dio una base muy sólida, son dos conocimientos muy relacionados entre sí donde la creatividad
estética y la ciencia están unidas. Así que creo que fue un placer todo el proceso de formar conocimiento."
Virginia: Sí, como vos bien decías, el tema del conocimiento científico se vuelve una herramienta fundamental para que nosotros también podamos llevar adelante un montón de prácticas. Creo que hoy en día se está perdiendo un poco eso, el hecho de poder tener un conocimiento amplio de las cosas, de darle valor a lo que uno sabe y lo que hace. La arquitectura te dio la base fundamental para luego hacer todas estas esculturas. Tu trabajo en nuestra ciudad está muy bien representado, y se ve esa conexión, se ven un montón de detalles que el artista trabaja. En las Bienales, es el momento en donde uno puede estar en conexión con el escultor y puede ver cómo va desarrollando su trabajo, cómo se llevan esas ideas a la vida y se crean. Eso tiene un sustento detrás. Eso es lo más valedero, no es solamente “yo me pongo a hacer arte” sino "yo estudio", "yo hago", "yo expreso" y eso hace que la obra no sea menospreciada sino que sea sumamente trascendental.
Fotografía: Bienal del Chaco.
Mimo, ¿qué perspectivas tenés para tu trabajo?: Tu trabajo es un aporte valioso a la sociedad en el ámbito social y cultural,
pero que constituye un patrimonio para los chaqueños. ¿Cuál es la visión o el horizonte en el cual basas tu trabajo día a día?
Mimo: "Mira, con respecto a la escultura mi horizonte es la búsqueda permanente. La búsqueda de material, la búsqueda de técnicas, la búsqueda interior, porque descubrí que haciendo esculturas me voy conociendo un poco más y eso hace que pueda comunicarme un poco mejor con los demás.Y creo que con la escultura inconscientemente me analizo, no necesito de psicólogos, me analizo yo solita. Muchas veces no en el momento o en la previa a hacerla. Si no que por ahí pasa un tiempo y digo “ah, ahí estaba pasando esto”. Yo tengo una serie donde pongo cadenas y sogas, con el tiempo empecé a darme cuenta que me pasaba en ese momento: me sentía atada. A veces una no es consciente de esas cosas. Siempre digo que la escultura sana mi mente."
Virginia: "la escultura sana mi mente" es una frase muy poderosa. El arte tiene eso, es un medio que encontramos para conocernos y reflexionar sobre uno mismo.
El día a día no es solo una rutina repetitiva para quienes hacen, sino que en el ejercicio de un proyecto como lo es dar a conocer tus esculturas y con ellas tu mensaje al mundo, esto implica una creatividad renovada casi a diario ante las diferentes situaciones que se pueden ir presentando. Nuestra pregunta es ¿qué obstáculos se te presentaron en tu camino profesional, en el avance y concreción de tus proyectos? y ¿cómo los pudiste ir superando?
Mimo: "Bueno, primero te voy a decir que mi objetivo no fue dar a conocer mis esculturas, me enamoraba lo que hacía, eso me permitía conocerme también y en consecuencia comunicarme con los demás. Exponer, publicar folletos, todo eso fue consecuencia de insistencias permanentes de personas que influyen en mí y que en algún momento me convencían de que lo hiciera, pero no era mi fuerte ese. Creo que soy bastante intimista, con un perfil muy bajo y entiendo que la exposición vulnera, eso que pienso es “un bichito” que tengo dentro de mi corazón. Es muy probable que sea la razón por la que me niego a exponerme y a dar entrevistas. Alguien dijo alguna vez que somos prisioneros de nuestras palabras, lo que escribiste queda. También sé que el observador valida la obra de arte con el sentimiento que ella le provoca, si no tenés quien la observe quizás no valga lo que vos queres que valga. La percepción del otro y que te diga qué es lo que siente; que no siempre es lo que vos quisiste decir, tiene tanta validez como lo que el autor quiso decir. Si vos no tenes ese concepto es difícil que se
pueda valorar una obra de arte pero como les dije soy intimista y a lo mejor busco mi validación."
Virginia: ¿No crees que eso muchas veces está vinculado a las propias exigencias del artista?
Mimo: "Sí, mucho. Soy muy exigente conmigo. Y es muy probable que lo sea con los demás. Pero cada uno es como es, cada uno tiene cosas muy buenas y cosas malas. Así que nos debemos buscar como somos, seamos felices como somos y dejemos ser felices a los
demás. Mientras el observador quiera observar, ya es un logro, porque el observador se detuvo ante tu obra y quiere interpretar. Eso quiere decir que tu obra tiene un valor.
Ustedes me habían preguntado ¿cuáles habían sido mis obstáculos? Yo creo que no tuve obstáculos, fui muy afortunada en mi vida, te puedo llegar a decir que a veces pudieron ser las fuerzas físicas haciendo escultura, fuerzas que no me alcanzaron, pero tuve quien me ayude, y otras pueden ser las limitaciones económicas, algunas se pudieron solucionar y otras tuvimos que hacer funcionar el ingenio que también es muy importante. En estos momentos es muy difícil para cualquier artista plástico la parte económica. En estos casos imagino que tuvieron que recurrir como decís al ingenio y a la creatividad, te reinventas para tener los fondos. Generalmente cambias el material, en este momento se están usando mucho los materiales descartables en la escultura, así que si uno lo quiere hacer, lo hace de alguna manera usando todo el ingenio y la creatividad."
Virginia: Es así, hoy en día entendemos esto de replantearse el cómo hacer las cosas. En La última Bienal hicimos una representación de un meteorito de Campo del Cielo y una representación de los diferentes ambientes chaqueños, y no contábamos con mucho presupuesto, pero queríamos hacer una maqueta. Tuvimos que reinventarnos porque nuestra idea no iba a morir ahí, nosotros queríamos que salga, que nazca y que se vea, pero en eso teníamos una limitante económica. Destaco el mensaje que estás dando de replantearse y reinventarse, para no dejar morir tus ideas, mucho menos tu arte. Un mensaje que va a resonar en muchos artistas jóvenes.
Fotografía: “Cuando cantaba el n´vike”, obra de Mimo Eidman, que se ubica en el ingreso a la ciudad de Resistencia, capital del Chaco.
Tu trabajo deja una huella en la historia del Chaco y se convierte en parte de nuestro patrimonio que enriquece aún más nuestra hermosa provincia. ¿Qué impacto pensás que tiene tu trabajo en la visibilización del patrimonio del Chaco a nivel nacional e internacional ?
Mimo: "Yo creo que, sin falsas modestias, el impacto es muy alto en lo referido a la gestión cultural. La Bienal del Chaco de la que soy parte junto al resto de los organizadores, es uno de los acontecimientos turísticos, culturales, sociales y de impacto económico más importantes del país, y en su modalidad uno de los más importantes del mundo. No lo decimos nosotros, lo dicen los escultores. La Fundación Urunday es parte de mi vida, soy fundadora y miembro activo, desde sus comienzos. Esta institución tiene sus orígenes cuando se hizo el primer concurso en 1988, la Fundación se creó un año después en 1989, con el objetivo de que se siguieran haciendo los concursos, que sea una entidad privada que no dependa únicamente de los gobiernos, aunque estos nos acompañaron y trabajamos juntos desde el primer concurso, en ese momento no sabíamos si en la próxima gestión nos iban a acompañar.
Ese primer concurso fue una sorpresa que tuvimos, porque ver la cantidad de gente presente fue impresionante, nuestras intenciones no eran esas, nuestras intenciones eran juntar a los escultores de la Argentina, idealmente uno de cada provincia y que se conozcan, que intercambien técnicas, que intercambien saberes, y que vaya la gente. Que eso se convierta en un taller al aire libre donde la gente vaya y descubra la magia de ver nacer una obra de arte, reconocer a su autor y poder conversar con el. Hasta ahí llegaban nuestras expectativas, no fue únicamente eso sino que la plaza durante el primer año explotó."
Virginia: Y lo impresionante de ello es que a pesar del alcance internacional, muchos habitantes de las provincias vecinas no lo conocen.
Mimo: "Y no solo muchos de otras provincias, sino personas del mismo interior de nuestra provincia no la conocen. Pero ahí están los periodistas, ahí están las acciones que se pueden hacer para que las conozcan, porque esto es bueno para todos, no solo para los resistencianos."
Virginia: Sus obras están emplazadas en toda la ciudad, pero hay una obra que te recibe siempre que entras a la Ciudad de Resistencia y está ahí, es bien llamativa (N´Vique). ¡Y esa la hizo Mimo! una persona sumamente importante para nuestra Resistencia, para nuestra historia, para nuestro arte. Eso es parte de dar a conocer la importancia que hay en las cosas cotidianas que nosotros los resistencianos lo damos por hecho, pero que para el mundo en general y para las personas que vienen desde otras provincias, se quedan maravillados y no pueden creer realmente que Resistencia sea un museo a cielo abierto.
Mimo: "¡Si Virgi! Chaco es la provincia más pobre de Argentina, pero tiene tanta riqueza espiritual, tanto arte. Las Bienales son las proveedoras de las esculturas que pueblan nuestras callecitas, nuestros bulevares y los lugares públicos. Esto es una tarea que la comenzó el Fogón de los Arrieros en 1960 y que nosotros decidimos continuar, es una fábrica natural para producir esculturas para colocar en la ciudad y continuar ese legado."
Fotografía: Diario Norte.
Al conmemorar tu trabajo y viéndolo en retrospectiva, nos comentaste que fue algo que surgió en el camino, algo que no lo esperabas entonces ¿cómo se fue desarrollando tu trabajo a lo largo de tu crecimiento personal?
Mimo: "Yo creo que no tuve una vocación definida, estaba muy ocupada recibiendo el amor de los míos, ellos hicieron que mi infancia sea muy feliz. Soy la hija menor de cinco hermanos, vine después de 15 años. Mis padres se convirtieron en mis abuelos y mis hermanos en mis
padres, te imaginarás la atención que tenía en forma permanente, así que no tenía tiempo para pensar en cómo iba a seguir mi vida después. Pero si la tenía clara: había que estudiar, esa era la consigna. La tenía marcada a la consigna por todos ellos, entendí que era lo mejor que podía darles para devolverles un poquito de todo lo que me habían dado y decirles: gracias por todo. Y en esa búsqueda capaz desesperada anduve por varios caminos, estudié filosofía y letras casi un año, no era lo que yo quería y esperaba. Después estudié periodismo y al final encontré la arquitectura, una carrera demandante y extensa, pero hermosa.
Pero cuando uno ama y le gusta lo que hace, todas las dificultades pasan a otro plano, me sentía cómoda y sentía que era lo mío. Por supuesto mis padres estaban felices porque lo primero que me habían sugerido eran todas las carreras tradicionales: medicina, abogacía, ingeniería pero no me sonaba ninguna. Me recibí, ejercí mi profesión muchos años, tenía una empresa constructora, un estudio de arquitectura, me había asociado con 4 de mis grandes amigos que hicieron la facultad conmigo y un día se cruzó Fabri…
Fabriciano se cruzó en mi vida, lo habíamos contratado para un trabajo que necesitábamos hacer en el estudio y uno de los tantos días que fue, se paró al lado del tablero y me dijo “que son estas cosas” y eran tizas y gomas de borrar que con una trincheta le iba haciendo
formitas cuando estaba muy nerviosa porque no me salia algun proyecto. Yo me descargaba ahí y las ponía en la esquina del tablero. El me dice “¿Mimo, que es esto?” y le respondí “Son cositas que me ayudan a descargarme en mis momentos difíciles”, él me contestó “Mimo, esto tiene escala monumental, vos si queres, podes probar. Tenes mi taller, tenes material, tenes herramientas -él era generoso con todos- así que cuando quieras, andá y probá hacerlas un poquito más grandes”.
Pasaron dos años más o menos, y en algún momento de mi trabajo como arquitecta, estaba trabajando en mi tablero, me
levanté y le dije a mis socios: “me voy a ver el taller del Fabri” y ese día, el día que entré al taller, fue el dia que cambio mi vida. Más cuando empecé a agarrar las herramientas y los materiales, fue algo diferente.
Creo que era lo que estaba buscando y realmente cambió mi vida. Me hizo conocer muchos lugares del mundo, trabajamos en otros países y hasta hicimos esculturas en nieve y hielo."
Fotografía: Bienal del Chaco, "Eidman, acompañada de una escultora y del escultor Fabriciano, presidente de la Fundación Urunday."
Quiero hacerte una última pregunta Mimo, ¿Qué consejo le darías a tu niña interior?
Mimo: "Que sean fieles a sus sentimientos y que sean fieles a su escala de valores, que de eso no se van a arrepentir nunca. Que se fijen objetivos; si se los fijan y trabajan seriamente en ellos no hay nada que los detenga, no les diría que sean obsesivos porque yo soy obsesiva y a veces no esta tan bueno, pero que sean firmes en el trabajo diario, si tienen un objetivo claro, trabajen para eso permanentemente, se van a abrir automáticamente todas las puertas y aunque cueste ser abiertas, se van a abrir."
Virginia: ¡Muchas gracias, Mimo! Espero y quiero que muchas mujeres artistas puedan verse reflejada en tus palabras y experiencias. Que no decaigan y se atrevan a exponer su arte, que muchas veces es la expresión del alma y es la voz con la cual nuestro mensaje llega a los demás.