Micaela Camino, una vida en la conservación.
Virginia: Micaela, en principio te queríamos agradecer por la oportunidad de llevar a cabo esta entrevista conmemorando el trabajo que venís realizando hace años en Proyecto Quimilero que, dicho sea de paso, en 2022 recibió un premio y reconocimiento a nivel internacional por tan grande labor.
Por ello queríamos entrevistarte, para destacar tu trayectoria y labor como investigadora, como persona y como quién está en el día a día rozando con otras realidades muchas veces muy diferentes a las de uno mismo, conociendo todas las asperezas que se te presentan en el Chaco Seco con el desmonte y demás problemáticas que acontecen, creemos que es de gran valor poner en palabras todo ello.
Por ello, queremos iniciar preguntándote ¿cómo te definirías? ya que el ejercicio profesional y vocacional siempre nos marca con títulos profesionales, en tu caso como Doctora en Biología, pero a menudo somos más que eso.
Micaela: "¡Que dificil!, como persona básicamente. Es verdad que somos mucho más que nuestra profesión y que las cosas que hacemos.
Eso es muy importante tenerlo presente porque hacemos trabajos (al menos yo) muy demandantes. Que te demandan en todo sentido: en sentido físico porque vas al campo, sentido mental porque también tenés la parte académica y científica, sentido emocional porque trabajas con personas. Pero a fin de cuentas, tenes que acordarte que sos más que todo eso que vos estás dejando en tu trabajo.
En mi caso tengo familia, mi mujer y mi hijo me ayudan muchísimo a volver a tierra, también disfrutar haciendo lo que me gusta: cómo hacer deporte y entrenar. Eso también ayuda para no desenfocar toda tú vida para enfocarte solo en una cosa, sino poder seguir desarrollando todas las áreas del “ser” un ser humano. Me gusta mucho esa mirada. Es cierto que a veces en la vocación, sobre todo en la conservación, uno se desvive. Y si pierde el foco muchas veces pierde también las personas que tiene a su lado. Así que creo que es una hermosa definición."
Fotografía de: Mongabay Latam
Tu trabajo es un aporte valioso a la sociedad en el ámbito de la biología y de la
conservación, pero que constituye un patrimonio para los chaqueños. ¿Cuál es tu
visión, tu horizonte en el que basas tu trabajo día a día?
Micaela: "Creo que fue cambiando mucho en el tiempo. Yo empecé queriendo hacer algo por la naturaleza y quería hacer algo con la gente del monte. Entendiendo ya desde el principio, que el monte es un ecosistema natural que no está vacío, y no es tal sin su gente, pero no imaginaba un proyecto largo, imaginaba ir y “pasarlo bien”, salir al campo que es lo que a mí me gusta mucho. Y después del doctorado no sabía si iba a seguir con ello, ni siquiera sabía si iba a escribir el doctorado, yo quería hacerlo y después se fue dando la idea de seguir y entonces fue cambiando un poco la perspectiva.
Primero quise entrar al CONICET así que me comprometí con la parte académica. También tenía ganas de armar un grupo que hoy día es Proyecto Quimilero, poniendo atención a cómo se puede ayudar a otras personas a que usen esa plataforma de trabajo que puede funcionar como una cooperativa. Si bien yo puedo dirigir, yo no le digo a la gente “vos tenes que hacer esto y vos tenes que hacer lo otro” sino más bien pregunto “¿que te gusta hacer a vos?, ¿como lo enmarcamos en este ámbito?, y a través de ello ver si tenemos las
mismas ideas o no, siempre dando el espacio. Hoy en día lo que más trato es tomarlo como un trabajo que no me absorba por completo, tengo la suerte de que me va bien y entonces tengo ofertas para hacer varias cosas, y si decis a todo que sí, no te da la vida, entonces trato de seleccionar bien qué quiero hacer. En eso hace varios años vengo pensando en que “yo un dia no voy a estar, no porque me muera sino porque un dia me voy a jubilar, y quiero que esto siga”. Entonces pienso ¿cómo hacer esto sustentable?
Si bien a lo mejor mi trabajo es un granito de arena y no suma tanto con todas las cosas tan graves que pasan en el mundo, siendo que una debe trabajar de algo, que sea algo que aporte, y que no deje de ser un trabajo que nos dé ingresos y que podamos vivir bien. E ir aprendiendo a dar el espacio a los demás porque, tenemos que ser conscientes que no vamos a estar todo el tiempo sin parar, ocupando el mismo lugar.
Hoy en día mi trabajo pasa mucho por eso: tratar de mirar alrededor, dar los espacios y formar un grupo que si yo salgo pueda después sostenerse habiendo dejado ese granito de arena, más allá de yo como persona."
Virginia: Con respecto a Proyecto Quimilero, al leer muchas de las notas que hay en internet, que te hicieron anteriormente, en ellas se revela mucho del mismo y creemos que va a perdurar mucho tiempo, es una mirada única. También es importante destacar lo que decis “tiene que ser un trabajo que te permita vivir bien”. Hoy en día está muy en auge el concepto japonés de IKIGAI que implica el encontrar en tu trabajo “aquello en lo que sos bueno, lo que el mundo necesita y que vos le podes aportar” es muy importante esa perspectiva de que tu labor perdure también en el tiempo, sin duda es un legado que le estás dejando a la naturaleza, al Chaco y a muchas personas.
Fotografía: de Proyecto Quimilero
El día a día no es solo una rutina repetitiva para
quienes hacen, sino que en el ejercicio de un proyecto tan novedoso como el tuyo
implica una creatividad renovada casi a diario ante las diferentes situaciones que se
presentan ¿qué obstáculos se te presentaron en tu camino profesional y en el avance
y concreción de tus proyectos? y ¿cómo pudiste superarlos?
Micaela: "Bueno, obstáculos hubo siempre, porque las ideas que yo iba teniendo obviamente no salen de la galera, hay proyectos anteriores a Proyecto Quimilero trabajando en monitoreos participativos junto a otras personas, pero en Argentina cuando yo empecé todavía no había tantos o no los conocía. Y cuando quise hacer el Doctorado tuve que sacar toda la parte social y dejar solo la parte de modelos de hábitats y cuestiones de ecología de pecaríes, entonces fue como tener dos trabajos. Por un lado la parte académica y por el otro la parte social, que la terminé después publicando aparte porque en la tesis no la podía poner.
Hoy día siento algo parecido, es como tener muchos trabajos, porque tenés que asistir a reuniones con políticos o armar un grupo activista o poner cámaras trampa o ir a reuniones con la gente local, son actividades muy diversas. Hoy trato de ir delegando, conseguir personas idóneas para cada cosa y quedarme con la dirección, y como estoy en carrera de CONICET, realizar la parte académica y coordinar a las chicas que están haciendo doctorados o licenciaturas, pero por ejemplo: si hay que dar un taller con niños trato de no hacerlo yo, que no tengo formación en eso. Aunque al principio sí, al principio éramos Hugo (un técnico que está conmigo desde el 2012) y yo, entre los dos hacíamos todo, porque no quedaba de otra pero eso no está tan bueno porque nunca sos bueno en todo. Entonces tenes que ir delegando, a veces no se puede y también hay mucha gente a la que le cuesta delegar, a mí puede ser que me cueste un poco. Pero, a veces no se puede porque no encontrás la persona idónea justamente.
El Chaco tiene esa dificultad, no hay mucha gente que quiera ir a trabajar al Impenetrable o que va, se cansa y abandona, es entendible porque es una zona muy dura, donde hace mucho calor en verano y donde las cuestiones sociales también son un obstáculo muy duro. Hace poco se murió una señora, la mujer de un hombre de la comunidad Wichí con quien trabajamos. La gente acá se muere porque hay abandono del Estado, estamos todo el tiempo en contacto con injusticias, con cosas muy dolorosas y se vuelve muy difícil. Es un obstáculo muy grande poder estar bien y trabajar en ese contexto, termina generando que las personas con las que trabajas en territorio se pongan mal, y muchas veces se sufre de malos tratos de colegas o de personas que aprecias mucho porque están todos de mal humor por los muchos problemas de injusticia social. Yo creo que el mayor obstáculo para mi trabajo es ese, cuando empecé no me imaginaba la verdad de que la gente podía ser tan mala. Uno escucha que “en Chaco los chicos se mueren de hambre”, “en Chaco hay problemas”, pero la realidad es que el nivel de corrupción es muy alto, el nivel de abandono es muy alto y la gente que se tiene que hacer cargo no lo hace, la plata que tiene llegar a donde debe según la legislación (porque nosotros estudiamos las leyes) no llega a las pequeñas comunidades campesinas o indígenas sino que van a empresas y al desmonte. Es muy perverso, y la gente es vulnerable ante estas situaciones. Esto genera un obstáculo muy grande, porque vos querés trabajar en conservación pero estás frente a un monstruo delante tuyo, grandes empresas y corporaciones anónimas representadas por personajes corruptos.
Nosotros damos pelea desde lo legal y desde la visibilización como la que significó el premio que se nos otorgó en 2022, estas cosas tal vez provoque que a ellos se les haga más difícil, pero nosotros somos una persona o una pequeña organización independiente y del otro lado hay una organización de personas dentro de un entramado corrupto muy grande donde puede haber gobernantes y gente extranjera. Por eso hablamos de aportar un granito de arena día a día, tratando de lidiar con estas cosas con paciencia y con astucia. Justamente el trabajo de conservación es muy duro desde lo emocional y hay que tener muchas veces un gran temple, pero a eso también sumarle el trabajo social con todas las injusticias que suceden en el interior de la provincia es el doble de duro."
Virginia: Entonces eso también habla de tu carácter y templanza para llevar a cabo todos los objetivos que tenés presente.
Micaela: "Es que por eso no es para todos. Yo suelo decirle a todo el mundo, sobre todo a la gente de mi equipo que es muy importante estar bien uno mismo, eso es lo más importante. No vas a poder ayudar a nadie si dejas en la cancha tu propia existencia. Si estas mal, tenés que abrirte y tomarte un tiempo para encontrar herramientas que te permitan pararte en lugares seguros para vos. En mi caso digo “esto es mi trabajo” o “aca corto, ya trabaje 8 horas” y me voy a correr o a jugar con mi hijo, o lo que sea. Se trata de encontrar la herramienta que a uno le sirva, para que no te consuma y termines en una depresión o en un brote psicótico."
Virginia: Por supuesto, yo soy hija y nieta de personas que son del interior principalmente de Juan José Castelli, y voy mucho para el Impenetrable. Tengo mucho amor por la zona, pero tampoco la romantizo. He conocido muchas situaciones muy difíciles a las cuales se enfrentan las personas en el Norte, entonces comprendo que esas dificultades y obstáculos del Chaco y sobre todo del Chaco Seco no son para cualquiera. Uno da por entendido que las personas que realmente permanecen tienen mucho carácter y temple para ir manejando las situaciones, el dia a dia es dificil y duro, mas en conservación con el tema de los desmontes y las injusticias sociales, la verdad que permanecer y llevar adelante una causa de conservación y la increíble labor social, todo lo que estás haciendo, la visibilidad que les dió el premio es una marca muy grande. A pesar de definirlo como “una semillita” termina siendo más grande que eso, y se vuelca en muchos ámbitos.
Fotografía: Whitley Award 2022
En este caso yo te pregunto: tu trabajo sin duda deja una huella en la historia del
Chaco y se convierte en parte del patrimonio que enriquece más a nuestra hermosa
provincia ¿Qué impacto pensás qué tiene tu trabajo en la visibilización del patrimonio
del Chaco a nivel nacional e internacional?
Micaela: "Para mí poder dar visibilidad es uno de los objetivos que tengo hace mucho tiempo. Yo crecí en Buenos Aires, en Capital y no sabía nada del Chaco, no supe nada hasta muy grande, cuando vine a Chaco básicamente. Al venir me sorprendió para bien y justamente todas las cosas feas que estábamos hablando, tienen del otro lado gente maravillosa, culturas espectaculares, gente indígena y criolla con la que yo tengo el privilegio de trabajar. Aprendo cada segundo millones de cosas, el monte es una cosa de no creer y es muy extenso. Nosotros nos quejamos del desmonte porque lo vemos, pero todavía hay un montón de monte, con un montón de animales increíbles y no sabemos tanto en realidad comparado a otras regiones. Entonces, ¿cómo no hablamos de esto? ¿como no se sabe más?, porque vos todavía vas a Capital Federal y decis Chaco y piensan en “Niños Wichí que tiene hambre”, la gente no conoce y eso me parece una locura. Es nuestro patrimonio como país, como personas y la gente si pudiera si bien no es para todos, por ejemplo las personas muy mayores o alguien con problemas de salud, no se meterian en medio del Impenetrable en verano, pero hay otras maneras de acceder, más tranquilas y hay momentos de la vida dónde está re bueno ir y creo que todos deberíamos conocer el Chaco en algún momento porque tiene mucho valor. Son regiones que a mi me encantaría que se conozcan más, que se valoren más y que la verdad es que si pretendemos conservar necesitamos el apoyo de la sociedad argentina que sepa que hay ahí porque sino no saben de lo que hablamos."
Virginia: Uno de nuestros obstáculos es justamente la desvalorización que tiene el Chaco a nivel nacional, del desprestigio que tienen otras provincias u otros ciudadanos argentinos hacia el Chaco. Es importante proyectarlo a nivel nacional, ponerlo en una posición de renombre, de revalorización. Como vos decís, el Chaco tiene un montón de cosas muy bellas que hay que cuidar, y ¿cómo podría uno cuidar si no lo da conocer o no permite que las personas vengan y se puedan encontrar con esas realidades buenas o malas? ¡Que las puedan ver, porque
todas las cosas son parte de la vida! Obviamente que cambien su mirada no hacia una mirada comercial o extractivista sino hacia una de preservación, cuidado y respeto.
Fotografía: Virginia S. Barrientos
La última pregunta: hoy estamos sentados acá charlando y conmemorando tu
trabajo, un trabajo que mirándolo en retrospectiva pudiste haberlo soñado desde niña
o quizá fue como una sorpresa que se fue desenvolviendo y te trajo hasta este
momento, en tu caso ¿cómo fue? ¿lo soñaste desde siempre o se fue desarrollando
en tu crecimiento personal?
Micaela: "Yo creo que fue un poco y un poco. Yo lo soñaba, pero a la vez no sabía que existía. Siempre me gustaron las aventuras y estar al aire libre, trepar a los árboles, andar por caminos pequeños con vegetación alrededor, pero en un contexto súper limitado, porque crecí en Capital Federal en un barrio que no tiene nada parecido a eso. Pero yo loimaginaba, me gustaba ese tipo de historias, ese tipo de películas y demás. Al crecer, cuando me puse a estudiar Biología yo ya no no estaba pensando en este tipo de trabajo, yo pensaba algo más tipo Genética o algo así. No sabía que existieran este tipo de trabajo, pero un día estando en una clase una compañera me dijo “quiero viajar, quiero hacer un
viaje largo hasta Amazonía por los Andes” Y yo le dije “Bueno, dale invitemos también a otra amiga”. Y nos fuimos las tres en un viaje bastante largo, fueron 6 u 8 meses donde cortamos un cuatrimestre de estudio para hacer ese viaje. No teníamos mucho dinero, fue insólito lo que hicimos, fuimos con 300 dólares cada una, con carpa, y a mucho dedo, mucho caminar. Ahí yo dije “no, la verdad yo no quiero hacer genética, no quiero estar metida dentro, yo quiero devolverle algo a este mundo tan lindo”, yo ya vi los paisajes más espectaculares y veía en todos lados el detalle de que siempre hay gente en los ecosistemas en Amazonas o en los Andes. Para ese punto no conocía el Chaco pero conocía un montón de otros lugares, tomé eso que me gustó y de algún modo ahí fue cuando dije “bueno la verdad si queremos hacer cosas buenas por el mundo si o si tiene que ser con esta gente que es parte de la naturaleza”. Y me volví con muchas ganas de devolverle algo a la naturaleza, algo bonito, sabiendome parte de la naturaleza por completo, porque todos somos naturaleza, todos somos parte de un sistema integral grande, enorme y muy bello. Quería contribuir a eso de una forma linda y en lugar de hacer la orientación genética hice ecología. Cuando termine dije voy a hacer pasantías y voluntariados en Argentina, porque no me quería ir del país para ver si encuentro algo que me cierre, hice algunas cuando estudiaba pero al recibirme quise seguir en otros lugares, allí pensé que me iba a quedar en las yungas porque me encantan pero cuando pise el Chaco pensé “tiene que ser el Chaco, no sé qué pasó, pero me paso algo ahí, como que necesitaba quedarme y que sea en el Chaco, y se fue dando básicamente. Siento que había una base, una semilla inicial de niña: de soñar este tipo de aventuras, de ir por el monte, de conocer cosas nuevas, de estar en la naturaleza y ese reencuentro que sucede ya estudiando, avanzada en mi carrera.
Sobre la importancia del Chaco como región asombrosa, desconocida y poco estudiada. Yo creo que ni siquiera en el Impenetrable, Yo vivo en el Chaco Húmedo cerca de Margarita Belén, y estoy segura que si pones un pitfall ahi, o vas a ver los insectos, descubrís especies. ¡Estoy segura, esta muy subestudiado!, en mi casa no quiero trabajar porque me parece que sería muy absorbente; pero, a veces me da ganas porque estoy segura que no se conocen todas las especies que hay en mi jardín, sin ir muy lejos. Y la verdad que yo creo que en el Chaco, la gente que estudia en Corrientes que le gusta el Chaco, sí o sí debería venir, en el Proyecto tratamos de dar lugar.
A veces uno no sabe cómo va a hacer algo y no hay que preocuparse mucho, hay que ir y hacer y después las cosas se van dando, con una actitud proactiva no hay forma de que te salgan mal las cosas, porque vos vas “y haces y haces y haces”, y al final las cosas suceden; suena a película con final feliz y claramente haciendo no vas a llegar a Marte, pero en lo que tiene que ver con estudiar, ir al monte y aprender, si uno pone dedicación las cosas suceden.
Hay que tener mucha paciencia y creer en lo que uno está haciendo. En el Chaco no hay muchos grupos, no hay quien se anime a dirigirte. Todo el mundo me decía “no hagas un doctorado en Chaco”, mucha gente no me quiso dirigir, en la Universidad de Buenos Aires un profesor me dijo que yo era creída, que quería hacer algo que nadie hacía y que no se podía hacer. La realidad es que uno debe hacer lo que le parece, no dejarse llevar por los malos comentarios, pero no ser terco, hay que escuchar a la gente que te quiere como familiares o amigos, pero hay que hacer cosas distintas porque sino estamos haciendo todos lo mismo, estamos metidos en 3 o 4 ecosistemas y tenes todo el Chaco casi vacío y estos lugares te dan un carreron, lo mejor que pude hacer es meterme en un lugar donde nadie estaba e investigar."
Fotografía: Whitley Award 2022
La última pregunta y cerramos: es una pregunta que está más dirigida hacia vos y
para vos. Conociendo toda tu trayectoria, tus proyectos, las dificultades que
atravesaste en el camino, dónde estás hoy ¿Qué consejo le darías a tu niña interior?
Micaela: "La verdad no sé si soy tan buena dando consejos, yo creo que lo más importante es tener paciencia y saber que las cosas se suceden unas a otras y van pasando. Hay que ser pacientes mientras vamos haciendo las cosas con tranquilidad, sin pensar tanto, hoy en día pensamos mucho. Hay que ir haciendo lo que a uno le parece, desarrollando la intuición y sin confiarse. Mirando atentamente las cosas van sucediendo, y no hay que tener miedo, a veces tenemos miedo de “si me voy de viaje, pauso un cuatrimestre y me atraso” no importa. Vos necesitas eso, y tenes que hacer lo que vos necesitas porque vivir vamos a vivir una sola vez."
Virginia: Muchas gracias, Micaela, ¡por todo! Por tu tiempo, tus palabras y por compartirnos tus experiencias que son muy valiosas, de seguro tu mensaje llegará a tantas mujeres y ello les dará valentía para que sigan sus sueños.